El jueves 30 de abril he llegado al hogar temprano con el motivo de asistir a la despedida de María Eugenia, la doctora argentina que trabajó los últimos meses con nosotros. Al llegar me he enterado inmediatamente que la olla exprés con los frijoles había explotado dejando toda la cocina manchada y sucia.
Tuvimos nuestra convivencia con Maru, desayunamos, hicimos preguntas sobre su estancia en Chiapas, sobre lo que más le había gustado y disgustado, sobre su desempeño en el hogar, etc., al terminar, se me ha ocurrido decir que esa pared (la que tenía más frijoles impregnados) debía ser limpiada, Vicky expresó que la pared no podía limpiarse ya que la cal había absorbido todo y ahora formaba parte de la misma. Entonces dije que debía ser pintada y Nantzín, inmediatamente, ha mencionado que tenían varios botes de pintura guardados.
Después de lavar los trastes usados del desayuno, hemos ido por los botes y yo me he cambiado de ropa. He quitado todos los utensilios de la barra de la cocina, la licuadora y el filtro, mientras Maru ayudaba a Nantzín a revolver la pintura. Cuando todo estuvo listo, he puesto masking al filo de la pared y me he dispuesto a pintarla toda.
Ha sido una tarea muy desgastante, pero los resultados han sido buenos. Me llevé aproximadamente 5 horas en terminar. El día lunes continuaré con la otra pared, ya que debe ser igualada en color, y probablemente el martes y jueves me dedique a pintar la parte de abajo con otro color.